miércoles, 14 de abril de 2010

Mambo Pte. I

Transcurria el mejor viaje de toda mi corta vida, todo iba a la perfección, tenía conmigo a mis amigos, naturaleza, montaña, aire, tranquilidad, paz, música y algunos estupefacientes de mambo buena onda. Experimentaba la libertad en su máximo nivel. Me estaba conociendo yo a mi misma en contacto con el mundo, en relación con gente nueva, en relacion con los de siempre...

Experimentaba el estar corta (muy corta) de guita a cientos de kilómetros de mi casa y de un banco para que me hagan un giro, celular sin bateria, no tele, no tecnologia. Me despertaba con la luz del sol sin saber si eran las 8 o las 11 de la mañana. No sabia en que fecha vivia.. pero para que la necesitaba?? Estaba de vacaciones, lejos de todo, cerca de mi y de las cosas que realmente son necesarias.

Pero soy humana, (si, no están leyendo un testimonio extra terrenal, lamento decepcionarlos) y en una clasificacion mas esfecifica, soy MUJER. Por lo que no me resulta tan extraño esa sensacion de vacío que sentia y ocultaba, esa desconformidad latente característica de mi especie y mi género. "Algo faltaba", hacia bastantes meses, pero en ese viaje ante tantas cosas buenas, lo malo se potenció. "Debe ser el oxígeno", "debe ser por la altura" fueron las respuestas mas utilizadas cuando nos cuestionabamos sobre por qué todo nos "pegaba" tanto ahí, mas que en otro lugar.

Por lo que la falta de "compañia masculina", de un cosquilleo en la panza característico de cuando te gusta alguien, de contacto ( espiritual ) con el sexo opuesto, tambien se hizo más fuerte, tanto o peor que la exaltación y fascinacion ante el mundo brilloso en el que vivimos 30 minutos, (o dos horas.. nunca lo sabré) cuando rompimos los palitos brillantes de la fiesta electronica y nos empezamos a salpicar y pintarnos las caras, inmersos en la oscuridad total del río, camuflandonos con el cielo estrellado..... de pepa, jaja.

En fin, queria un enamoramiento rápido y efectivo, aunque durase 5 días y si te he visto no me acuerdo, pero que terminara de complementar ese viaje. Creo que entre tantas cosas 'adultas' que estaba viviendo, necesitaba sentirme mas niña.. necesitaba ese amor platónico, que aunque no pasara nada, yo iba a estar feliz igual con mirarlo de lejos y sonreir.

Pero el hombre del viaje (cual frutilla del postre) se hizo desear. Si, tuve que esperar, paciente por fuera y descontrolada, desesperada e inquieta por dentro.

Y así, a pocos días de que llegase el fin de mi placentero viaje (igual la estaba pasando fenomenal, vale aclarar) y cuando ya me habia resignado a que el único contacto con el sexo opuesto fuese charlar con los 'chicos', 'novio' o 'garches' de mis amigas, entonces fue ahí cuando lo vi.. que novelistico y asquerosamente cursi. Pero fue asi, no se me ocurre otra manera de contarlo.
Lo vi, ni rubio, ni ojos celestes, ni musculoso, ni rico.. (por suerte) : P E R F E C T O. Sé que no fue amor a primera vista, por que eso no existe a mi entender, y lo que pasó fue completamente real.
Fueron ganas, terremoto de entrañas, deseo, deslumbramiento, energía, ilusión.. magia.

Quiero aclarar que en ocaciones tengo mucho poder de sintesis.. pero este no es el caso. No quiero dejar de recordar ningún detalle de aquella experiencia, aunque seguiré haciendo todo el esfuerzo por no poner minimidades (para ustedes, grandes cosas para mi) como que su pelo, su sonrisa, su barba, su mirada... ouch, lo estoy haciendo, basta.

Entonces lo vi, me atrajo, me sacudió. Nos miramos, hablamos, caminamos, nos sentamos en un fogón. Seguimos caminando, nos acostamos, miramos el cielo, callamos. Me regaló una hermosa estrella fugáz. Nos besamos en unas piedras en el río y me llené de moretones valla a saber uno por qué... Se durmió, tuve frío, lo desperté, caminamos de vuelta al camping.

Placer, seguridad, confianza, más deseo. Si digo que nunca sentí esas cosas estaria mintiendo. pero aseguro que nunca las sentí todas juntas y con un completo y hermoso desconocido..

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