sábado, 23 de mayo de 2009

... Qué quieren las mujeres ...

La mujer quiere ser AMADA, y suena sencillo pero está muy lejos de así serlo. La mujer quiere ser el centro de la vida de la persona que ama... Necesita sentirse útil, especial, hermosa e indispensable. Quiere ser prioridad, única. Necesita que la otra persona la haga sentir que todo gira por y para ella.

Ser amadas oculta nuestros defectos y nos sube el autoestima. Queremos y necesitamos ser halagadas aunque bien sepamos que muchas veces nos están mintiendo.

Necesitamos que nos hagan creer que somos lo que queremos ser y queremos ser lo que creemos que la otra persona quiere que seamos.

Queremos que nos muestren a sus familias, sus amigos… que estén orgullosos de nosotras.

Queremos ser en la que él piense, con la que fantasee, la que extrañe, la que necesite... La que AME.

Queremos gestos, palabras, miradas que nos hagan sentir que no necesitamos nada más.

Ser amadas nos hace creer eternas pero si pudiéramos detener el tiempo lo haríamos, porque somos mujeres y siempre queremos más.

Somos mujeres y necesitamos que la persona que amamos sea capaz de dejar lo que sea por nosotras, que sea capaz de hacer cualquier cosa.

Las mujeres necesitamos SABER, queremos que todo nos lo digan y eso nos brinda seguridad y confianza.

En la vida de nuestra pareja tenemos que ser yo, yo y yo... y después… Yo también.

Necesitamos una canción, una flor… y qué lindo seria una carta!

Necesitamos el punto justo de romanticismo, el punto justo de frialdad, de diversión... Todo en su punto justo porque somos mujeres y también somos exigentes.

Y queremos regalos, besos y abrazos. Queremos locura y tranquilidad. Que nos hagan reír y en nuestros días… tenemos que llorar.

Necesitamos escuchar cuanto le importamos y nos hacemos la cabeza si hoy no nos llega su mensaje.

Aunque nos quedemos calladas, -raro, pero posible-, sabemos que desconfiamos hasta de su mejor amiga. Porque somos mujeres y lo queremos todo para nosotras.

Lo amamos y en los momentos de intimidad nos olvidamos que el mundo sigue girando. Necesitamos sentirnos parte de. Necesitamos piel…

Queremos conformarlos, porque aunque sonemos egoístas al pedir tanto, cuando amamos, todo lo que somos y queremos ser, es para ellos… porque pedimos lo que damos. Y claro, simplemente porque somos mujeres...

Ocurre que el pasado es siempre una morada, pero no existe olvido capaz de demolerla . .

¿Te acordás de aquel tiempo en que las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico “Ta Te Ti suerte para mí”?
Se podían detener las cosas cuando se complicaban con un simple “pido gancho!”
Los errores se arreglaban diciendo simplemente “va de nuevo”.
Las discusiones terminaban con un “pan y queso”, o con un “biennnnnnnn!”.
El peor castigo y condena era que te hicieran escribir cien veces “no debo”.
Tener mucho dinero, sólo significaba poder comprar mas provincias jugando al “Estanciero”, o comprarte un helado, o un paquete de palitos salados en el recreo.
Llenar un frasco con hormigas podía mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde.
Siempre había una forma de salvar a todos los amigos, y bastaba con un grito de “piedra libre para todos los compañeros”.
No era raro que tuvieras dos o tres “mejores amigos”.
“Es muy viejo…” y así te referías a cualquiera que tuviera mas de veinte años.
Siempre descubrías tus nuevas capacidades y habilidades a causa de un “¿a que no te animás?”…
No había nada que fuera mas lindo y prohibido que jugar con fuego, a pesar de que algún mayor te amenazara con que “el que juega con fuego a la noche se hace pis”.
“El último es cola de perro” era el grito que te hacía correr como un desaforado, hasta que sentías que el corazón te salía del cuerpo.
El Poliladron era sólo un juego para los recreos, y era mucho más divertido ser ladrón que policía.
Las bombitas de agua eran la más moderna, eficiente y poderosa arma que se había inventado.
La desilusión era haber sido elegido último para el equipo de tu escuela.
Venenosa se refería solo a un tipo de “mancha”, y no a ciertas alimañas o algunas personas.
Para viajar desde la tierra al cielo, sólo tenías que jugar “rayuela”.
La red de una cancha de tenis tenía la altura perfecta para jugar un partido de voley y las reglas… no importaban demasiado.
“Verdad / Consecuencia”….si eras nena siempre elegías el color amarillo, ya que sólo te preguntaban si era verdad que te gustaba…….en cambio si eras varón, siempre e indefectiblemente elegías el color rojo… y ahí nomás pedías un beso… en la boca.
Los hermanos mayores eran el peor de los tormentos pero también eran los más celosos, fieles y feroces protectores.
Haber llevado un arma a la escuela significaba que te habían atrapado con una onda de rulero.
Nunca faltaban los huevos de chocolate y golosinas que traía el conejo de Pascuas, ni el billete nuevo debajo de la almohada que te dejaba “el ratón Pérez”… todo a cambio de tus dientes de leche.
Guerra… sólo significaba arrojarse trozos de tiza y bollos de papel durante las horas libres… la guerra era algo que había sucedido antes de que naciéramos y que nunca volvería a suceder.
Los helados, por supuesto, constituían el grupo de los alimentos básicos y esenciales.
Tu bici se transformaba en una poderosa moto sólo con colocarle un cartón duro, o una chapita o una bombita de agua inflada entre los rayos de la rueda…
Si tu bici tenia el asiento banana… bue… eras el capo máximo de la cuadra.
Cambiar figuritas en el patio del colegio…. si eras de los más chicos siempre aparecía uno de los grandes y te decía que te daba un toco de figuritas por una tuya… Claro, lo que vos no sabías era que esa que tenías en la mano era la más difícil del álbum.
Las situaciones… raras las llamábamos “afilar”, “atracar”, “bailar, cheek to cheek”, “chapar”, “contigo pan y cebolla”, “corto con”, “ir a más alto”, “franelear”, “fulana/señorita”, “fulana gusta de”, “fulano habla con”, “largaste o te largo?”, “me arreglé con”, “pirovar”, “te vino?”, “eso”, “vos te dejás?”.

Si ustedes pueden recordar la mayoría de estas cosas entonces significa que realmente han estado vivos…. que han tenido una infancia feliz y que el niño que todos tenemos adentro todavía sigue vivo.
Por lo menos yo….. me acuerdo de todo eso.
A todos nos viene bien tener siempre en mente esos tiempos en que todo era distinto.
´
Y que el último grite: “¡¡¡¡PIEDRA LIBRE PARA TODOS LOS COMPAÑEROS!!!!”
Así nos salvamos todos.

Mario Pergolini - Eduardo De la Puente