¿Cómo quiero ser, sean como sean los demás?

“Detalle importante: la ética no puede esperar a la política. No hagas caso de quienes te digan que el mundo es políticamente invivible, que está peor que nunca, que nadie puede pretender llevar una buena vida (éticamente hablando) en una situación tan injusta, violenta y aberrante como la que vivimos. Eso mismo se ha asegurado en todas las épocas y con razón, porque las sociedades humanas nunca han sido nada ‘del otro mundo’, como suele decirse, siempre han sido cosa de este mundo y por tanto llenas de defectos, abusos, de crímenes. Pero en todas las épocas ha habido personas capaces de vivir bien. Cuando podían, colaboraban en mejorar la sociedad en la que les había tocado desenvolverse; si eso no les era posible, por lo menos no la empeoraban, lo cual la mayoría de las veces no es poco. Lucharon –y luchan también hoy, no te quepa duda- por que las relaciones humanas políticamente establecidas vayan siendo eso, más humanas (o sea, menos violentas y más justas); pero nunca han esperado a que todo a su alrededor sea perfecto y humano para aspirar a la perfección y a la verdadera humanidad. […] Por mucho mal que haya suelto, siempre habrá bien para quien quiera bien; por mucho bien que hayamos logrado instalar públicamente, el mal siempre estará al alcance de quien quiera mal. A esto le llamamos LIBERTAD.”

Ética para Amador me parece que es un libro excelente para dar como lectura en la secundaria, para fomentar la reflexión en nosotros, los adolescentes, sobre la moral, la ética y sobre nuestra libertad como seres humanos que somos. La definición de estos tres conceptos no está muy clara en nuestra sociedad y tiende a confundirse. Me parece esencial que todos conozcamos lo que significan porque es algo que se pone en práctica durante toda nuestra vida, nadie está excluido, y Ética para Amador es un buen inicio para entrar en este tema ya que no es un libro científico de ética o de contenido complicado, al contrario, emplea constantemente ejemplos de la vida cotidiana y un lenguaje coloquial.

En este fragmento citado más arriba (entre tantos que me gustan) relaciona la ética con la política, algo que vemos en nuestro día a día y no por que no seamos presidentes o gobernadores quiere decir que estemos excluidos de la política.
Lo más importante de este fragmento para mí es el vivir bien, o ‘darse la buena vida’, como dice Savater, más allá de lo que esté pasando en nuestra realidad. Si los políticos son injustos y la economía está ‘para atrás’, no es condición necesaria para que no podamos llevar una buena vida.
Esta buena vida no quiere decir tener los mejores autos, el último celular y el pantalla plata con reproductor de bla bla bla.. NO! quiere decir éticamente, desde lo personal, haciendo desde nuestro lugar lo que podamos. Sin pretender cambiar el mundo nosotros solos ni mucho menos resignándonos a vivir mal y hacer el mal porque la política o la sociedad nos imponen eso.

El hombre actúa por imitación, y siempre lo hizo, en eso se basan las modas y las costumbres. Y como imitan los ‘malos ejemplos’ también pueden imitar los buenos. Así se puede ir corriendo la voz de este pensamiento, o mejor dicho, de esta forma de vivir, y ya no vamos a ser uno solo luchando por cambiar el mundo, ya vamos a ser un montón que buscan lo mismo.

Cada uno desde su lugar, por más insignificantes que nos veamos ante tanto mal, podemos empezar a cambiar algo. Ya sea no tirando un papel en la calle, solidarizándose con otra persona, ayudando, dejando de lado el materialismo. Y principalmente saliendo un poco de la sistematización que tienen ‘los grandes’, que actúan como robots, que dejaron de lado sus sueños y que les parece que lo único que importa en la vida es la plata.

Planteémonos otros objetivos de vida distintos de los de ellos, busquemos conocer, soñar, dejar de ser tan individualistas donde solo importo yo, y empezar a darle una mano al que está al lado nuestro. Porque cuando esté finalizando nuestra vida, por más autos, casas, o lujos que tengamos, lo único que va a valer son las experiencias y las satisfacciones que uno se lleva de esta vida. Optemos por ir llenando un curriculum de experiencias, porque eso es la riqueza, el que tiene más de alma, no de lo material.